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Culmino este trabajo analizando como aún dentro del estilo critico más exigente del canon, asoma el pelo de dehesa de la cubanidad
"PROTO FORMAS LESIVAS DE LA CUBANIDAD" ( IV ) Final
Por mucha fanfarria que la sociedad desarrolle y por mucho helor de vacío que emane de sus productividades, jamás la cubanidad va a poder sustituir el inconfundible sello de lo cubano auténtico.La cubanía es paradójica, pero no antitética ; paradójica por cierto arrastre curialista en su idiosincracia de marcado sabor medieval, en cuanto añoranza de un ideal absoluto de formación del hombre en el terreno de la lengua, del estilo, de la oratoria, de la poesía, del arte, de la ética y del Estado. Ese sueño de reunir al mundo en una comunidad humana de cultura unitaria, es medieval. Recuerdese que la característica distintiva de los curiales o corteses, antes de que España se corrompiera con el advenimiento de la Época Moderna, no era la simple cortesía, sino un sentido más profundo que englobaba la sapiencia, distinción y sutileza, además de implicar un sentimiento de comunidad profundo, que exigía sobre todo auto inspección de conducta a los distinguidos.
Quizás por ello, la profunda dicotomía entre cubania y cubanidad descanse en la destrucción que obra esta última sobre la raíz ontológica de la sociedad política a manos del hombre no reformable, que rompió tanto en la España del siglo XVII, como en la Cuba del siglo XX el concepto medieval de cortesía. Precisamente por no poder soportar ese real tan antiguo como las piedras, le viene a la cubanidad su manía de emparejamiento, llamada vulgarmente "parejería" ; en la cual, termina su talante jaranero, si en una tenida conversacional la pretenden regresar a su puesto, mostrando en el acto su condicion antitética con garras y dientes. Ahora bien, que esta haya alcanzado en sus hombres públicos, ocasionalmente, altos niveles de ilustración y de entendimiento, no significa que haya roto sus protocolos, ni que haya rebasado la línea de sus estatutos. Bastaría citar el ejemplo de Rafael Fernandez de Castro, el más conspicuo de todos, desenmascarado oportunamente por el Dr. Elías Entralgo.
No cabe dudas de que la cubanidad ejerce un hechizo violento sobre el mutismo de la idea generacional, como si en eso también siguiera el dedo indicador de votar "por lo que yo señalo", porque en el fondo de su siquismo esta idea lucha contra el papel protagónico de los individuos selectos en la historia, no para usurpar la continuidad que estos representan en ella, que sería imposible, sino la función social rectora, que en cuanto posesión es mas factible.Cincuenta años de practica estéril de Revolución, nos han convencido de que se equivocaba Portuondo cuando acusaba a Ortega y Gasset y a Lain Entralgo de ser voceros de la reacción franquista, al menos en el sentido que este lo apuntó :
"Frente a las doctrinas al uso que silencian o niegan esta evidente diferencia de rango histórico entre unos y otros hombres, se sentiría uno justamente incitado a exagerarla" [ Palabras de Ortega y Gasset, citadas por Portuondo ] y añade Portuondo: "Lo cual hizo Ortega en " La Rebelión de las Masas" ", y añade enseguida :
"Observese--dice Portuondo --en que ha venido a parar en manos de Don José Ortega y Gasset, la teoría de las Generaciones : automatismo matemático, discontinuidad histórica, distancia permanente entre selectos y vulgares, epónimos de las generaciones decisivas. Con él lo que nació para ayudar a resolver las crisis nacionales, se convierte en justificación del personalismo en la historia " [ Jose Antonio Portuondo : " La Historia y las Generaciones" p. 64 ]
Nada, ni siquiera el muy atendible apoyo de Enrique Jose Varona, pueden nada contra el veto que esa misma acción de las masas, libradas a su estulticia por el carisma de la personalidad que las guía, ha obrado en la historia de Cuba en los últimos 60 años, ya que ese periodo de tiempo confirmó que a éstas se les puede llevar, incluso en nombre de los más hermosos ideales, a convertir en monstruoso adefesio el cuerpo social de la Repúbli ca. De forma que, a la vista del ejemplo cubano, se comprueba la inútil actitud del apologista de esas llamadas "eminencias menores" que no han hecho más que ocultar la mala tradición de la política colonial, validos precisamente de sus posiciones eminentes. Tal vez lo que le faltó aclarar a Varona fue hasta que punto son eminentes las personas señaladas en el marco de una realidad no verdadera, es decir, demostrable solo porque esta hecha de cosas que no quiere saber.
La no pertenencia de la idea generacional en cuestiones literarias tiene un por que dentro del socialismo tergiversado
Ese enunciado de Varona en una conferencia que dió en 1886 en el teatro "La Caridad" del Cerro, de que para prosperar política y socialmente los pueblos necesitan hombres de un nivel medio más elevado antes que figuras salvadoras, y de que "necesitamos en torno a los grandes hombres eminencias menores....porque el trabajo continuado de los peque ños es el que realiza las obras colosales que luego se atribuyen a los grandes"; es cuando menos veleidoso, y en todo caso no confiable, como no lo son esas "eminencias menores" que efectivamente con muchos años de antelación le prepararon el camino y abonaron el terreno para que fuera posible el surgimiento de Fidel Castro, que de forma sagazmente oportunista arrastró a las masas a una revolución burguesa--es decir, guerra entre dos bandos burgueses--creyendo estas que era una revolución proletaria, accediendo a esa confusión por los aires revolucionarios innegables que se respiraban en Cuba mucho antes de 1959, y de los cuales da testimonio el periodista Luis Pichardo Loret de Mola en su libro "Mi Suma Ideológica", de 1956, donde demuestra que si en algo la Revolución prosiguió la continuidad histórica fue en las líneas negativas de la cultura pre-revolucionaria, y que el propio Fulgencio Batista le había preparado el terreno a la Revolución de Fidel Castro, porque antes de 1959, según el periodista cubano, ya existían todos los signos revulsivos de una sociedad en descomposición. He aquí sus palabras:
"Cuba se inferioriza en sus cualidades mas sustantivas, decayendo hacia profundidades abismales, de un inconcebible retroceso, historico, sicológico y moral. ¿Adonde nos con duce y arrastra esta locura revolucionaria del siglo.?..La Revolucion integral esta en marcha...Los Chichos brotan por generación espontánea como el marabú...Se vive hoy dramatica consecuencia de tremendos errores de visión y de conciencia. Vivimos en una cons tante y dolorosa espera de un no bien definido, pero inminente, presentido cataclismo de destrucción y de horror físico y moral" [Ob.Cit. p 135 L.P.Loret ]
Pero esto solo no sería bastante, si no fuera porque el gran previsor, filosofo, literato y pedagogo que fue el Dr Medardo Vitier, se había anticipado ya a Loret de Mola en 1944, cuando escribió varios ensayos en un libro titulado "Estudios, Notas, Efigies Cubanas", en que nos permitió apreciar la poca diferencia esencial entre el periodo revolucionario de su época y el de la nuestra, demostrándonos que las aprensiones respecto a esta en cualquier época son idénticas, pues puso el peso de su vaticinio en cosas que se han cumplido más allá de cualquier diferencia.Subrayó que en ellas el hombre común sobre todo está a merced de un entendimiento superior sin preocupaciones éticas, el cual es un azote para la humanidad porque esconde la incultura del yo profundo, primario, biológico, emocional, y barbaro oculto en zonas oscuras del sujeto; y aunque él sepa que la raíz de una reforma esta en el hombre mismo, impide que ese conocimiento se desarrolle en la sociedad, a la cual mantiene engañada con esa panacea de la reorganización económica y social, que es de donde la virtud humana no puede esperar nada. Textualmente dijo :
"Los valores implican creencias que son el soporte de una civilización.El número de los que de veras creen en la realidad del bien, de la justicia, es muy reducido. Se percibe desdibujada la unidad moral del mundo.Asistimos a una desintegración de creencias, y se da el hecho anómalo de que hoy, cuando más ataques sufre el viejo individualismo para dar paso a credos socialistas, de evidente sentido humano, cunde no ya el individualismo, sino la anarquía en punto a valores, como si ante la inseguridad de todo cada sujeto se refugiara en la conducta que mejor lo salva del momento."["La Enseñanza y la Cohesión Cubana" p. 175 en "Estudios, Notas, Efigies Cubanas" M.V. Edit. Minerva, La Habana 1944 ]
Este carácter de la cubanidad, en el que tanto he insistido, se ejemplifica paradigmáti camente en el Doctor Portuondo, que se preocupa por atajar en el concepto de las genera ciones, vertido originalmente por pensadores burgueses, "un empleo falaz de este para justificar las variaciones bruscas del curso historico ; es decir, la imposición de ciertos grupos que saltan el poder en un desesperado intento de torcer el curso progresivo o revolucionario de los acontecimientos nacionales "[Ob.Cit. p. 66 ], y llama a esto "flagrante adulteración del sentido político de la teoría generacional"; pero también después, como hemos visto escupe la mano de la libertad en la clamide de sus propias creencias libertarias, al convertirse en una de esas "superioridades discordantes", que esperan mu cho de la flaca hechura moral nuestra, al contrario de Varona, y que pretenden que el genio pase de individual a colectivo sin que ese agregado social se avergüence de sus fuerzas de disolución.Se sobreentiende el desprecio conque habrán leído la admonición del Maestro Vitier cuando dijo: "La vida del espíritu interesa a una minoría .No nos engañemos.La gente de pensamiento y de estudio, la que se cultiva para lograr la plenitud de su ser, y no para hacer carrera es escasa. Lo común es que se estudie como forma de lucha, como medio, o que se dedique el individuo a intereses prácticos" [ M.V. Ob.Cit. p. 19 ] . Si contra el sistema colonial actuaron los grandes hombres del siglo XIX cubano, le queda por delante mucho trabajo que hacer a los eslabones de la cubania para rescatar la voluntad de unidad del espíritu cubano tronchada entre los mecanismos bien engrasados de nuestras rémoras coloniales, donde se miente tanto el sentido colectivo de la nacionalidad, porque esta solo es útil a las dictaduras en la ficción de las palabras, y por eso actua por cauces de demanda que acentúa la personalidad de la colonia, porque solo en el los caminos convenientes a la exclusión del hombre se pueden hacer pasar por algo que se incorpora a los intereses permanentes de la humanidad, sin temor de que éstos se consigan nunca, pues, como dijo Vitier " la contribución a los fines humanos universales no se logran sin cohesión social" [ p.177 Ob.Cit ]
Como no hay nada totalmente nuevo bajo el sol, ya estas declaraciones de J.D.C., y los aconteceres literarios en cuyo marco se producen, tampoco son nuevas para el mundo de la cultura general, ya que la humanidad se había sentido mucho antes agredida por estos, y tiene elaborada una respuesta : El problema de las generaciones literarias también fue planteado y discutido en el 2do. congreso Internacional de Historia Literaria en Amsterdam en 1935, cuyo tema central--dice Portuondo --fue el estudio de los periodos en la Historia Literaria a partir del Renacimiento, y en la sesión inaugural del Congreso F.Baldensperger, leyó un estudio muy sustancioso sobre la discrepancia de fuerzas contendientes entre las generaciones literarias, en el que decía : " Yo me siento inclinado a pensar que el hecho principal, en estos períodos más rápidos en que los gustos prevalecientes tienen poco tiempo para asentarse, es este : la desintegración es mucho más activa que cualquier fuerza integradora en momentos en que las cuestiones de este ajuste social, de creencias posibles, pesan poderosamente sobre actividades literarias. Lo importante no es tanto que es lo que debe ensayarse en esos periodos, como que es lo que se ha ensayado en vano ; la energía reguladora no es en ellos la inspiración, sino la insatisfacción ; y las generaciones, entonces, se suceden unas a otras con el peso más rápido de los valores negativos, cayendo unas sobre otras como hojas de los árboles, arrancadas por el viento del otoño : la ironía, la desesperación, la revuelta, el nihilismo, el mesianismo, tienen entonces su turno, si no en toda la sociedad, al menos en las sensitivas clases jóvenes con su correspondiente precipitación de estilos y vocabularios. Las energías vitalizadoras no cuentan mucho en tales días, sino, por el contrario, las fuerzas desvitalizadoras, sobre todo si el recuerdo deformado de otros tiempos, añade su encanto y su veneno al inquieto estado mental de la juventud" [ "La Historia y las Generaciones" p. 68 Jose A. Portuondo ] "Esto, --añade Portuondo--se ajusta perfectamente a la realidad histórica total en sus instantes de crisis". De modo que yo creo que lo que Jesus David Curbelo esta haciendo al menospreciar la utilidad de la teoría de las generaciones, es ocultar al mundo el lugar que el ocupa en la visión histórica de la teoría generacional, que es--sin duda-- constituirse en defensor de las fuerzas desintegradoras y las energías desvitalizadoras, que en las épocas de crisis son mayores que las del proceso integrador, ya que su fuerza de acción intelectual se proyecta del lado de los que tienden a retardar la madurez del hombre al tratar de ignorar la no contemporaneidad de ciertos coetáneos que viven ajenos al sentido de su generación o lo traicionan. Raul Morin. 27 Abril 2018 7:35 P.M.
Trato de identificar el vínculo de esa crítica antitetica con el camino ancho de la despreocupación por el país por el que anda la cubanidad