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Ni voy, ni vengo...

11/09/2020 11:56 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

E Lla me dijo, que nos casábamos o que me dejaba. Yo siempre le iba dando largas, y utilizaba de manera sistemática, la excusa de que no quería casarme por la iglesia, sabiendo que ella tenía muy claro, que su deseo era celebrar una boda católica como Dios manda. Algo que yo, no aceptaba bajo ningún concepto, ya que, teniendo en cuenta mis ideas y principios, sería muy hipócrita por mi parte hacerlo, en definitiva, que estaba absolutamente convencido, que a mí un cura no me iba a casar, como mucho, el concejal de deportes (por ejemplo), del Ayuntamiento, ya que el único tipo de casamiento que admitía, sería a través de una ceremonia civil, aunque tampoco estaba convencido de ello. Para formar una pareja y vivir bajo el mismo techo, no hacen falta papeles, ni celebraciones, ni tan siquiera piso en propiedad. Todo es mucho más sencillo, lo único necesario, es encontrar a la persona adecuada para compartir tu vida, eso es lo más importante, y también lo más difícil. Y yo no tenía muy claro si Julia era la mujer ideal para mí. Por eso me dejó sorprendido a la vez que descolocado, que ella, al final aceptara casarse por lo civil, vamos, que de buenas a primeras cambió la iglesia por el salón de actos municipales. Así que sobre la marcha, no tuve más remedio que improvisar cuando ella, me planteó la nueva situación, tratando de darle a entender mi estado de duda permanente, y lo único que acerté a decirle, exprimiendo al máximo mi inspiración de poeta aficionado, fue lo siguiente:

Ni voy, ni vengo. No espero que me entiendas, y tampoco lo pretendo. No sé si de verdad te quiero, aunque lo intento. Quizás me desprecies por lo que estoy diciendo, espero que no, pero si es así no me ofendo. Tengo una enorme confusión que me nubla por dentro, y ahora mismo no sé si compro o si vendo. Ni yo mismo me entiendo, por eso no espero que tú me comprendas. Pero si me esperas, sonrío, y si me dejas lo lamento. No sé si gritar o quedarme en silencio, Tampoco sé, si quedarme o salir corriendo. Lo único cierto, y en ello insisto, es que, no sé si voy, o si vengo.

Al final, la que salió a galope tendido fue ella, y lo entendí perfectamente, sobre todo después de mi enorme cacao mental. Lo que sí tenía claro (y pienso igual), es que de boda nada. Sin embargo, como los hombres somos tan brutos que tropezamos muchas veces con la misma piedra, después que han pasado ya varios años de mi espantada con Julia, ahora me vuelvo a ver inmerso en la misma situación, esta vez con Anabel, y no voy a tener más remedio que volver a recurrir a la ya conocida letanía del no sé si voy, o si vengo...

Fran Laviada


Sobre esta noticia

Autor:
Fran Laviada (515 noticias)
Fuente:
fran-laviada.mozello.es
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