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Amanecer, la conciencia nos lleva a tus limites de pasión
Fuente Literaria/ N° 08
No me quieres. Lo sé Y que os molesta, cuando escribo, porque busco una leyenda
Leyenda alguna, somos unos desconocidos.
El amor te apresa, eres un encanto insidioso, buscas crear el amor, desear lo que no deseas
Que entreveía tu deseo.
Levantándose en tu camino, tu vejez al espejo habla y se pliega otra vez, desear lo que no desea
Veneno y triaca es a su tiempo.
La edad, aún no te exime, esta presa del nuevo amor que te tienen, es el antiguo encanto
Insidioso y a la espera de nutrir tus ojos.
Y al fin.
Tus encantos, domina a tu dueño. Eres una nueva criatura que despertó al deseo y tus ojos
Se alimentan de ese encanto, en el alma.
Cantemos a una voz, un canto de libertad
En torno mío, tu sombra, de soledad, vejez, muerte. Pero, el camino sube y el camino que baja
Uno, el mismo son, somos infierno y paraíso.
Los creamos aquí, con nuestros actos. Donde el amor y el odio brotan juntos, que es al fin, el uno al otro. Es un olvido, o una memoria.
Tus ojos, traicionan al alma y el cuerpo. Y cuerpo, lo celeste y lo terreno. De la infancia
Solo, tenemos mocedades.
El sexo, es una flor no abierta, o los muslos. Arco de lira. Dentro, el pensamiento
Y su destino, entornados los ojos.
Estamos desnudos.
Es una pausa.
En el secreto absorto en la Torre norte, engañamos nuestros cuerpos bajo la luz de las estrellas
Y cuando cae el tiempo, nos vemos en la eternidad.
El embargo por la armonía es conciliar
Emiro Vera Suárez 29/08/ 2020