Hace tiempo que en Argentina sólo se habla de la vicepresidenta, sus causas penales y los problemas de corrupción que esta señora tiene con la justicia. Situación que solo se debería dilucidar en el ámbito judicial.

Hace tiempo que los verdaderos problemas de la gente quedaron rezagados y en su lugar tomo como principal asunto de estado todos los problemas de Cristina Fernandez de Kirchner, una señora con una larga lista de causas con la justicia argentina.

El eje de la conducción del señor presidente, sus temas y discursos solo se dirigen a la pelea y conflictos que ahora tiene su gestión con la ley. Digo ahora porque las causas que eran de la vice, parecen involucrarlo hasta olvidarse de que esta a cargo de la conducción de un país con serios problemas de gestión en todos sus frentes.

Dolorosamente los argentinos contemplamos en tiempo y forma una y por milésima vez, que los argentinos solo importan a sus dirigentes durante los meses de campaña política, en ese período son el centro de toda su atención, prometen hasta lo que saben que jamás cumplirán, se deshacen en palabras de amor y empatía con el prójimo, luego, en caso de ganar las elecciones se olvidan automáticamente de todos sus discursos mentirosos y demagogos ocupándose únicamente en sus propios asuntos. Dejando las cuestiones de estado para la siguiente conducción que en caso de no ser los mismos le reclamaran por todo lo que no se ha hecho en las décadas que mal gobernaron.

La vicepresidenta habla de los doce años que gobernaron, pero no hace la mínima mensión que durante ese período de tiempo, ellos, los políticos de su gestión y sus amigos se hicieron multimillonarios, con sumas siderales de fortuna que jamás podrán acumular ni en varias vidas trabajando como lo hacen los argentinos.

A diferencia del pueblo que en boca del mismo Kicillof, gobernador actual de la provincia de Bs. As. calificó al conurbano bonaerence cómo tierra arrasada durante su campaña electoral olvidando que fueron los peronistas quienes gobernaron la provincia cuatro décadas incluido el conurbano.

Carlos Polleé