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En este ensayo político trato de magnificar la acertada idea de Fidel Castro de que ya es hora de que los movimientos de izquierdas adopten una estrategia de lucha, que aunque es idea suya, no esta a su favor
"ESPIRALES DEL CORAZÓN CUBANO"( I ) A Ignacio Ramonet
José Martí decía que cuando las cosas andan mal, lo que hay que desear es que se extremen. Positivamente cierto. Por eso, sabedor del enorme daño que le hacen al movimien to obrero mundial ciertas palmaditas diplomáticas en lomos archi tarados de silogismos ideológicos, y de lo mal que andan las cosas indolentemente dentro de la propia izquieda, no me siento demasiado culpable de hacer estos razonamientos míos públicos.
Contrariamente a lo que piensa la mayoría de la gente, no veo que pierda mas de lo que ya ha perdido el movimiento obrero mundial si Lula no saliera de la carcel, y no pudiera participar en la lucha electoral por la presidencia de su país, o que Lopez Obrador volviera a perder las elecciones presidenciales de México, o incluso que Nicolas Maduro, a pesar de todo lo que le debemos, perdiera las elecciones de Venezuela este año. Que importa que Maduro tenga el pueblo entero a favor de él ; la lógica mundial de la justicia no esta a favor del pueblo, porque las izquierdas se apoyan a nivel internacional dejando fuera al pueblo, sin considerar las burradas que le hacen los gobiernos a estos. Se las perdonan bajo el lardoso respeto al derecho a la autodeterminación de los pueblos.Cuando el famoso preso de Curitiba comprenda eso, va a ser realmente socialista. Si se dudara del caracter revolucionario de esta declaración, piénsese que el mismo Fidel Castro en entrevista con Ignacio Ramonet confiesa "que los problemas de la humanidad no tienen solución sobre bases nacionales, porque hoy mas que nunca la dominación se lleva a cabo sobre bases globales....Ya es hora--dice--de que las preocupaciones sean no solo nacionales, sino mundiales. El mundo tiene que desarrollar sentimientos internacionalistas" ["Cien Horas con Fidel" Tabloide, capítulos 17-18-19 p.12 Ignacio Ramonet. ] Esto pretende significar también que las situaciones económicas y sociales de las naciones bajo gobiernos de izquierdas, forman parte de una trampa global en que se rinden las ideas revolucionarias a las condiciones del poder capitalista internacional, en el caso de Cuba señaladamente porque lo que critica en su política exterior, lo lleva a cabo amplia mente en la política interior de su país.
En Cuba, por ejemplo, el pueblo llano mira a la Revolución como un Titanic, sin importarles la fastuosidad publicitaria del buque presuntamente insumer gible.Hace mucho tiempo que esta desterrado del lenguaje coloquial cubano como sanción social la palabra contrarrevolución o contrarrevolucionario, y es porque ya perdió sentido, ya que se practica con la misma normalidad que tomarse un vaso de agua. Si a algún funcionario público del Gobierno se le acusara en un momento determinado de cometer un acto contrarrevolucionario por permisión de abuso de poder contra un trabajador, ( es un ejemplo muy posible ) este, honestamente, se extrañaría, aunque pensando en buena ley, después, tuviera que aceptarlo. Y es que el cubano comun y corriente vive al margen del costo de su Revolución, porque ni siquiera las instituciones lo respetan. Esto quiere decir, en una de sus tantas vertientes, no entender la lección articulada del sufrimiento de los héroes, porque la vía libre se ha dado al torpe, ciego y cruento despotismo natural, y esto lleva, por supuesto, "a no exaltar--dice Mallea--los valores auténticos de la persona, sino los valores ficticios, una fórmula cómoda de existencia vegetante y trepante." [ Historia de una Pasión argentina]
Es sorprendente, por ejemplo, con que meticulosidad se inventa una excusa racional para la esclavitud, pintada con la aureola del deber, pero de un deber divorciado del mas lato sentido de lo justo o de lo humano, y así parece que nada sucede de lo que los hom bres justos e inteligentes sean conscientes, y a lo que por deber hayan de poner fin. Pero sin embargo, sí suceden cosas feas : el país yace ahogado por las mentiras particulares de los individuos, a manos de los cuales sentimos mas la humillación de la dictadura, porque se canaliza a través de mequetrefes que convierten lo impersonal de un daño macro social a personal, tanto más efectivo cuanto molestan mas por ser marionetas inconscientes de esta lógica que descubrió Mark Twain en 1898 :
" Cuando razas y pueblos enteros conspiran para propagar gigantescas mentiras mudas en bien de tiranías y falsedades, ¿por qué hemos de preocuparnos en absoluto de las insig nificantes mentiras de los individuos? ¿Por qué sin la menor vergüenza hemos de ayudar a la nación a mentir, y luego avergon zarnos de hacer por nuestra cuenta una cosita del mismo género.?" [ "La Mentira y la afirmación silenciosa" p.77 en "Mark Twain : Cronista de su época" Edit Arte y Literatura, La Habana 2003 ]
Si Fidel Castro en entrevista con Ignacio Ramonet confiesa que los problemas de la humanidad no tienen solución sobre bases nacionales, sus benefactores yerran
Entregar la réplica del machete del Generalísimo Máximo Gómez -- por ejemplo--a personalidades destacadas de la Ciencia y la Cultura, ha sido para la Revolución Cubana una de las formas de vacunación contra la rebeldia, pues lo que están premiándoles es el silencio de sus plumas ante el retroceso revolucionario de la sociedad, ayudada a morir, pero no revolucionariamente, sino en las formas más ordinarias de explotación capitalista. El azoro de los inmerecimientos es uno de los más fuertes acicates de la involución, y es manejada con una eficacia óptima por el Departamento Ideologico del P.CC.Aunque con ella se distinga también a verdaderos artistas, la verdad es que se usa como recurso a través del cual se hace evidente que como decía Mark Twain : "la mayoría de las mentiras son actos, y la palabra no tiene parte en ella" [ Ob.Cit. p.75 ]
Otro de esos actos mentirosos son los Primeros de Mayo : fuera de Cuba se caracterizan porque la clase trabajadora pide demandas bien fogueadas y encarecidas al Gobierno, sin embargo, aquí en Cuba esas demandas populares existen y el pueblo las sufre en silencio, y no se pueden pedir por coacción indesafiable de un Gobierno que tiene confundido el inmenso amor a la Patria con la fidelidad a la Revolución, que astutamente promueve en la sociedad los valores más gregarios para lograr los niveles de brutalidad necesarios para que el pueblo no pueda nunca percatarse de que lo que ha honrado con esas seis déca das de fidelidad a la Revolución, es la ignorancia de no entender que la primera víctima de su error de confundir a la nación con el Estado es la justicia social. Esto se han cansa do de advertirlo casi todos los pensadores burgueses pre revolucionarios. De ahí que el Comandante en Jefe en la primera de las llamadas "Reflexiones" que escribió cuando se retiró del Poder dijera que los planteamientos de estos Maestros eran falsos.[ Periódico Gramma 24 Enero de 2008 ]
Eso que tan seudo patrióticamente llaman los cubanos "el legado de Fidel" en su tan ferviente invocación al hecho de "que vive en nuestros corazones el líder ausente", se refiere realmente a las peores experiencias político sociales que le haya sucedido al pue blo de Cuba, después de la pérdida de José Martí, y de la intervención norteamericana en la Guerra de Cuba con España en 1898.
Para no comprender el trauma que los sucesos revolucionarios le han traído al pueblo de Cuba hay que ser poco menos que ignorante. Que apoye a la Revolución la vanguardia progresista mundial, es comprensible dada la ingente maquinaria propagandística de sus órganos de inteligencia, y que puede creer el que no vive en Cuba ; pero, ¿quién que haya vivido en carne propia el resultado de que un hombre haya podido llevar con éxito a la practica, hasta sus últimas consecuencias, las tesis de Martin Heidegger en su libro "El Ser y el Tiempo" ( 1927 ), es decir, logrando demostrar lo que decía el filósofo alemán de que para poner al hombre dentro del movimiento nihilista se exigía una determinación autárquica de la esencia para obligar a los hombres a rebajarse a la sola preocupación económica de su trabajo, puede negar las terribles consecuencias de esa demostración.?.
Supo, al fin Fidel Castro, aplicar la deshumanización desde un ángulo de más luz que el de Fulgencio Batista, pues con aquel la destrucción venía de la sociedad al hombre; con este viene especialmente desde el hombre a la sociedad.Aunque no lo parezca, la carga de vesania, maldad y díabolismo que se necesita para eso es incomparablemente mayor, y los instrumentos filosóficos para lograr esto, se los dio Heidegger. Pero es que en esto también superó a Heidegger. Es cierto que el autor de esa mayor inhospitalidad que se le planteaba al hombre fue el Maestro de Friburgo, el aventajado alumno de Husserl ; pero este al menos tenía escrúpulos, se asustaba de la protervia de sus propias teorías.Esto lo sabe cualquier conocedor del idealismo filosófico alemán. Para el la manera humana de ser hombre no estaba en el dominio de los entes.Yo diría que Heidegger tenía momentos en que parecía un analista tratando de lograr la transferencia positiva del alienado, esforzándose en recuperarlo para la sociedad. No digo que el líder cubano no se asustara a veces del giro que estaban tomando las cosas en Cuba, y entonces parecía un padre hablándole a su hijo descarriado, pero la diferencia entre ambos esta en la distinta vehe mencia entre uno y otro. La del alemán era mucho más contrita y profunda, por no decir sincera.El filósofo español de izquierdas Adolfo Sanchez Vazquez lo reconoce así cuando dijo que " la diferencia heidggeriana entre Ser y Ente no tiene un carácter puramente ontologico ; es también--a nuestro juicio--una diferencia axiológica, en virtud de la cual las actividades en las que el hombre se relaciona con los entes--ciencia, técnica, practica--quedan relegadas con respecto a aquella-- el "pensar esencial"--en la que el hombre se relaciona con el ser" [ "A Tiempo y Destiempo" p. 354. Adolfo Sanchez Vazquez Edit. Ciencias Sociales, La Habana 2004 ] Raul Morin
Las Izquierdas se apoyan a nivel internacional dejando fuera al pueblo, sin considerar las burradas que le hacen los gobiernos a estos