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Trato aquí el problema del Líder en la realidad socioeconómica de nuestro país, de las causas que impiden su surgimiento, y colateralmente ataco la ley 370 de nuestra Constitución, por flagrante violación de la libertad connatural al ser humano
“El Problema del Líder”
( A Luis Conte Agüero )
El político y pensador cubano del exilio miamense Luis Conte Agüero, nonagenario ya, con una rica historia republicana a cuestas, en su programa sabatino de Radio Martí, que mantiene todavía a esa edad con apreciable vitalidad en el pensamiento y en la voz, tocó en él un tema álgido y vergonzoso de nuestro acontecer social, sobre el cual nos hizo pensar compartiendo su preocupación. Con esa urgente directividad de los hombres provectos nos dijo: “No hay una rebeldía real contra la Tiranía, solo protestas aisladas por objetos específicos de contravenciones, o por insuficiencia de abastecimientos. Esa marcha hacia la desintegración que ha sido el vivir nacional cubano, no ha tenido una respuesta integracional en un liderazgo; ya que el líder es la respuesta más consolidada del pueblo a una tiranía”.
Pero este pensador y activista político por mucho que se esfuerza en captar la imagen de Cuba, no deja de comunicarnos sub verbalmente su trémula desesperanza de encontrar respuesta o explicación a esta carencia de figura que conduzca la lucha del pueblo cubano, capaz de reunirlo a su llamado, un aglutinador de voluntades, un líder que represente la suma de los hombres más valiosos del pueblo, que rompa el egoísmo de nuestro carisma histórico. Y es comprensible ese desesperar porque no se ve su venida por ninguna parte, y estamos dando palos de ciego en el camino a esa redención.
El nonagenario activista plantea que la solución racional del problema hace incomprensible su duración, ya que como él dice “lo que debe enseñar es la tragedia, el dolor, la crisis; y eso ya lo tenemos, y todo eso se puede enfrentar si hay un entendimiento, con inteligencia, con comprensión, con sabiduría”.
Yo creo que haríamos bien en explicar en qué consiste esa inexistencia de demanda de entendimiento, que redunda en el innecesario reconocimiento de un líder entre nosotros. Porque de eso se trata, de nuestro desinterés en el asunto porque ninguno de nuestros prohombres conocidos está preparado para ser líder, porque anteponen todos los beneficios de la fisiología, y eso que llamaba Cintio Vitier “destino matinal en la madurez”, a la voluntad de servicio social, y, como en el caso del héroe, en el líder también lo netamente humano no se levanta sobre el común de las gentes.
Pero hay otra inconveniencia mayor que tiene el líder en nuestro medio, y es que no se puede predicar en calzoncillos, y menos en un país donde la base material está tan destruída; y esa inconveniencia es algo que arrastramos los cubanos como un pudor nacional porque esa vocación en Cuba está tejida con hilos de fatalidad tan bien anudados al fatum de esa llamada social, que no es ni siquiera tomada en serio. “El Yonder—como dice en esa brillante metáfora del líder, Julio Cortázar en “Rayuela”--, no es precisamente historia, el Yonder es como las puntas de los dedos que sobresalen de las aguas de la Historia, buscando de dónde agarrarse” [ “Rayuela” p. 524 Colección de Literatura Latinoamericana. Casa de las Américas, La Habana 1968 ], y no puede agarrarse de ningún lugar porque “ese reclamo de algo que hubiera querido encarnarse, ese contento vegetativo lo rechaza pachurriento” [Ob. Cit. p. 348]
Porque por naturaleza el líder o Yonder tiene que ser un creador, un escritor, o mejor un filósofo; pero además alguien que como hombre esté en una posición marginada, que le permita mirar las cosas desde fuera del círculo de poder familiar, social, o estatal, pues esa posición de outcast trabaja en el sentido que indica Cortázar: “no se puede denunciar nada si se lo hace dentro del sistema a que pertenece lo denunciado”[Ob. Cit. p. 524]. “Va a ser difícil—dice más explicativo el autor de Rayuela—llegar al famoso Yonder de Ronald, porque nadie negará que el problema de la realidad tiene que plantearse en términos colectivos, no en la mera salvación de unos elegidos. Hombres realizados, hombres que han dado el salto fuera del tiempo, y se han integrado en una suma, por decirlo así….” [ Ibid. P522 ]
Esa es la palabra chocante para la masa, “hombres realizados”, tanto más insultante para ella cuanto no lo son en realidad, ya que la masa entiende ese término en el sentido de vida material resuelta, hecho que indica un principio corrupto ya, pues como dice la Dra. argentina Norma Menassa, es un miedo desplazado del miedo a la muerte, al miedo a la opinión, “lo que implica hombres impulsados por el amor propio, y no por el amor de sí” [ “Los Miedos del Amor”p.34 Editorial Grupo Cero, Madrid, 1995 ], que son dos cosas distintas—aunque no lo aclara bien esta autora—pues el amor propio no soportaría la crítica, a la cual está abierta el amor de sí, porque es un amor genérico a la especie que se manifiesta no sólo en la vocación de servicio, sino en la lealtad básica, y en la actitud consecuente.
Ninguno de nuestros prohombres conocidos esta preparado para ser líder
Efectivamente esta analista argentina está en lo cierto cuando dice “que un miedo a la muerte corrompido indicaría que los hombres no son nunca esclavos de manera absoluta, que la vida busca un contacto con el afuera, con otros”. [ N. M. Ob.Cit. p. 34 ] Esto es lo mismo que le da visos de ser hombres libertarios a estos luchadores por la libertad del pueblo contra la tiranía, propagandistas activos de la libertad y la democracia, que al margen de este discurso positivo, exhiben otro en el cual el Tercer Mundo es sucumbido, y por tanto, la esclavitud persiste.
Es dudoso que hoy los servidores del mejor querer colectivo, se conviertan en líderes de este pueblo, por el grado de máxima complejidad en que se desenvuelven las relaciones sociales actualmente, cuando es más urgente que nunca un reconocimiento social que apenas si tiene formas de ser alcanzado por las enormes cortapisas del ordenamiento sociopolítico en que está organizado este mundo cada vez más contaminado de todas las formas de dominación tecnológicas del capitalismo globalizado que coquetea también con los modos de oponer resistencia a coronar los esfuerzos de los mayores merecimientos. Nos encontramos en altos puestos de dirección de la cultura, por ejemplo, con hombres tan impropios para esos mandos que no son capaces de promover lo que brilla y vale en su entorno, aunque lo vieran, porque no les importa sino perpetuar la orden de mantener las cosas tal y como están. Y es que se sienten consustanciales con el aire viscoso de las medianías más burdas, más acordes con la desestabilización que le traería a la sociedad el líder perdido; inconveniencias estas que ya en el siglo XVIII las supo reflejar el gran poeta del romanticismo inglés Robert Browning, en su poema “El Líder Perdido” : “Blot out his name, then, record one lost soul more// One task more declined, one more footpath untrod//One more devil’s-triumph and sorrow for angels// One wrong more to man, one more insult to God!// Life’s night begins: let him never come back to us!//There would be doubt, hesitation and pain, // forced praise on our part—the glimmer of twilight…// [“Tacha su nombre, y entonces cuenta un alma más perdida // una prueba más declinada, una senda más no hollada, // un triunfo más del Diablo con pena de los Angeles. // La Noche de la Vida comienza: No lo dejes volver más a nosotros.// Vendrán las dudas, las vacilaciones y las penas, // el elogio forzado de nuestra parte—las señales del crepúsculo”//]
Si algo distingue la morada vital de la época prerrevolucionaria de la época cubana actual era su devoción por los hombres de personalidad descollante, o de personalidad palpitante—más propiamente dicho--, porque dicho tipo humano era un producto y una posibilidad genuina de aquel orden, pues a pesar de todas sus iniquidades era una época que “mantenía despiertos, de un golpe en el hombro a sus filisteos dormidos”—como dice el periodista español Amaury Francisco Gutiérrez Coto. [“Polémica Literaria entre Gastón Baquero y Juan Marinello” p. 40, Espuela de Plata, Sevilla 2005 ]
La Dra. Luisa Campuzano, ex Profesora de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de la Habana, en su libro “Quirón o del Ensayo”, cita emocionadamente unas palabras que documentan esto que yo digo, pero que dejó dicho bellamente en su libro “Contemporáneos” Juan Marinello, sin darse cuenta que esa imaginología ya no caracteriza al hombre de la sociedad revolucionaria. Decía Marinello:
“Quien gozó una vez la cercanía de un hombre extraordinario debe trasmitir, a los que no llegaron a tiempo a la gracia de su presencia, una estampa—que siempre será infiel—de su aura física. …Es pena grande que el encanto personal, cuando es penacho del otro encanto, no pase a la inmortalidad como la obra que corona. Eso vamos ganando a los que nos sigan en la vida: nuestros descendientes conocerán los versos del poeta, pero no su humanidad iluminada y cordial ” [ p. 216 Editorial Letras Cubanas, 1988 ]
En un país que monopoliza casi toda la información, con periodistas presos y detenidos en Cuba, y donde por tanto, no existe libertad de prensa, ya que esta está amenazada gravemente por el Decreto ley 370, a tenor de la cual se castiga, según el articulo 68, inciso i, a todo ciudadano que exprese en las redes sociales contenidos que estén en desacuerdo con la línea oficialista de la Revolución, con multas de 3000 CUP, o pena de 4 años de cárcel, y que ya lleva en lo que va de año de Enero a Abril, 14 personas sancionadas por esa ley, según informa a Radio Martí la valiente activista disidente Ileana Hernández, no se puede esperar que el ser humano se reconozca como ser humano, ya que ha entregado su soberanía a unos cuantos individuos renunciando a su función soberana y a la conquista de su personalidad. A partir de aquí se destruye el cuerpo político de la nación, toda vez que, como dice Jean Jacobo Rousseau, --citado por Jesús V. Contreras Ugarte, en su Tesis Doctoral --“si al pueblo no le queda mas que obedecer, por ese mero acto de obediencia sin opción, entonces se disuelve, pierde su cualidad de pueblo”[ Ob. Cit. p. 539 ]
Hay conocimientos elementales de cultura política que los dictadores ponen sumo cuidado de no difundir, para que la ignorancia ciñéndose más fuertemente a la indolencia y procastinación fundamental del cubano, favorezcan una sumisión total de su voluntad a un poder ubícuo y omnisciente, como estos conceptos que sobre la soberanía plasmó Jean Jacobo Rousseau en “El Contrato Social”:
“La soberanía no puede ser representada, por la misma razón que no puede ser enajenada: consiste esencialmente en la voluntad general, y la voluntad no se representa; o es ella misma, o es otra: no hay termino medio. Los diputados del pueblo no son, pues, ni pueden ser sus representantes, no son mas que sus delegados; no pueden acordar nada definitivamente.” [citado por Jesús Víctor Contreras Ugarte, en su Tesis Doctoral “Poder, Valores, Derechos Humanos” ( Reflexión desde la Filosofía Humanista de Rodolfo Mondolfo, Getafe, España, 27 Enero 2016 ) p.539 ] Es decir, que si el pueblo delega su soberanía, la renuncia. Y eso es lo que nos está pidiendo la famosa ley 370. Ni hablar entonces de la posibilidad de liderazgo. Tenemos que resolver esto primero. ¿No nos quejamos con justicia de la Enmienda Platt, que nos impuso una Base Militar extranjera en nuestro territorio?; pues más razón tenemos para detestar esa 370 que es la Enmienda Platt de nuestra conciencia moral, que nos impide reconocer a esta como algo santo, porque le quita el derecho a rectificar la libertad interior de nuestra autoconciencia subjetiva, y así poder relacionarse con cuestiones objetivas, donde este objetivo se manifiesta moralmente como eticidad que es imposible dejar de lado, a menos que se quiera descender a un subjetivismo inútil que resulte ineficiente para la racionalización de la vida humana. Esa ley acaba con los derechos de la conciencia subjetiva, ya que cada acción para ser moral, según Hegel, debe coincidir con mi propósito particular, pues la moralidad no representa el mundo del absoluto de la conciencia, pues entonces la acción moral sería absolutamente mecánica, y como dice el filósofo de Jena, es la racionalidad de la moral universal concreta la que puede otorgar un contenido a la moralidad subjetiva de la simple conciencia moral, que se puede prestar a incertidumbre y confusión porque puede confundir el querer y el saber subjetivo con el bien verdadero. Por eso, por sí sola la moralidad subjetiva no es razón suficiente para la realización del Derecho en un Estado que se respete. “La subjetividad, en tanto autodeterminación y certeza pura sólo de sí misma, disuelve en sí toda determinación del derecho, del deber y de la existencia.”[ F. G. Hegel: “Filosofía del Derecho” p 250, citado por Contreras Ugarte en su Tesis Doctoral, p. 273 ] Además, “si se quiere juzgar al individuo por su autodeterminación, hay que tener en cuenta que en ese aspecto es libre, cualesquiera que sean las condiciones exteriores….las leyes estatales no pueden extenderse al carácter de cada uno, porque en lo moral yo soy para mí mismo, y la violencia, aquí, carece de sentido”. [Ibid, Contreras Ugarte cita a Hegel, pag 274 de su Tesis]
Estos son algunas de las diatribas sociales a que se enfrenta en Cuba el problema del Líder.
Raúl Morín, 22 Abril 2020, 9:30 AM