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Analizo someramente la manera en que ha influido la existencia de dos monedas en el sistema financiero cubano, en la doble cara social del hombre medio
"Dos Monedas" El día 2 de Diciembre, (2017) oyendo a una delegada del Poder Popular rendir cuenta ante las cámaras de televisión a la Asamblea Nacional, sobre el estado de cosas del país con respecto a las inversiones extranjeras, y el asunto de la renegociación de la deuda cubana con los países acreedores ; asunto que ordinariamente no es de mi incumbencia, y en el cual, por tanto, dejaba mi mente muy a su solaz distanciarse un poco del problema, algo me requirió la total atención, porque tuve una impresión extraña : a la diputada se le transformó el rostro en un semblante de picardía, cuando hizo notar que con los inverso res extranjeros la situación era un poco incómoda para el gobierno cubano, porque en los negocios que teníamos firmados con ellos, estos trataban bajo normas ideológicas contrarias a los planteamientos socialistas de la Revolución.
Me pareció que lejos de mortificarle eso, le halagaba en lo profundo de su naturaleza. Eso me hizo comprender enseguida una realidad bien triste : que en el país donde hay dos monedas, la gente tiene que tener dos caras. Que la situación tal vez era más grave por los efectos sociales que por los económicos, aun a pesar del incalculable gasto pecuniario que le estaba causando al país la existencia del doble sistema monetario en Cuba porque la accesibilidad al mundo dolarizado, dolariza también las caras y les imprime el código de barras, convirtiendo al homo faber en Australopithecus Optimísimo, que tiene escrúpulos de rango hasta para hablar con su familia.
Lástima que el Jefe de la Revolución se haya lamentado solo por la sangría que esa situación abría en las arcas del Presupuesto Nacional, y de rebote en los bolsillos del pueblo, porque en el depósito moral de la nación el daño era incomparablemente mas incuatificable aun.
Someto la visión de ese acto al juicio del amor
El problema esta en que para compaginar en una personalidad satisfactoriamente, a pesar de la verdad eterna de que no se pueden servir a dos amos a la vez, dos modos de vida y de ser tan distintos, en que uno es incapaz para el esfuerzo lento y oscuro en que se asienta el bienestar de las naciones, y otro se siente ajeno a todo lo que de fruto rápido, o haga crecer de repente, se necesita una alta tensión caracterologica en el hombre que sea capaz de poner a un lado criterios de solvencia frente a consideraciones sociales de importancia colectiva, o frente a personas que encarnen la más alta expresión de ellos. Pero eso lo da un repertorio de haberes educativos de los que hace mucho tiempo se ha olvidado la sociedad cubana de condecorar a sus hijos.Por esa carencia humana viene la ruptura de relaciones entrañables, que no tenían en la entraña sino la malsana indisposición de un rencor de naturaleza ingénita.
La verdad es que no todo el mundo sirve para tener dos caras, y verdad es que los que quieren tener una cara pero tienen dos, hacen tan mal el papel que ofenden.No es que quiera hacer un escándalo de un accidente del carácter, que tal vez fuera mero accidente si no estuviera involucrado el Amor.Lo que sucede es que el Amor pide un precio muy grande por un accidente que enarbola la bandera de la trampa con el señuelo de su correlato mas conspicuo, ante el cual no se cree necesaria la defensa porque no se piensa enemigo; y no todo el mundo tiene la posibilidad de dar a la traición respuestas felices como las de Alejandro Magno a Pamenon, su amante vasallo, Cristo a Judas, o Marti al hombre que lo envenenó y él libró del pelotón de fusilamiento, interviniendo en el juicio sumarísimo a que el mando mambí lo sometió.Contras esas personas "desemejantes a si mismos", se tiró a fondo Quevedo extendido el brazo con la espada :
" Ave que no es en sí misma la misma, que es una en su interior y otra en lo exterior, aunque sea dotada de otras excelencias, basta esta para ser reprobada" [ "Cuan perjudiciales son los de corazón doble o fingido" en Obras Completas p 1174. Tomo I Edit.Aguilar Madrid 1961 ] Raul Morin 5 Enero 2018 8:18 A.M.
Vuelvo de nuevo la mirada a ese impacto de una anormalidad económica con otro impacto más grave en el interior de la familia